Hugo Sánchez, Luis García, Luis Flores, Alberto García-Aspe, Miguel Mejía Barón, Enrique Borja, Jorge Campos por parte de México; Evanivaldo Castro «Cabinho», Juan José «Cobra» Muñante, Geraldo Candido, Juan Carlos Vera, Ricardo «Tuca» Ferreti, Bruno Marioni, Dante López, Anastasio Verón, por parte de la Legión Extranjera, se encargaron de cosechar triunfos, colgarse medallas, meter trofeos a las vitrinas del Pedregal, darle brillo a las estrellas pasadas y conseguir unas nuevas para decorar el escudo puma, ese escudo que con mucho amor, orgullo, gallardía y prestigio portaban esas leyendas y otras tantas que no se mencionan, pero son igual de importantes en la historia auriazul.

Esa historia que desde hace 14 años, se ha venido arrastrando quizás por malos manejos de personal, de recursos humanos o decisiones precipitadas, y que hoy día no se cansan de seguir haciendo añicos a tan prestigiado y amado Club.

La afición hace su parte, muy bien hecha, ya que cada vez que el México ’68 abre sus puertas, las tribunas se abarrotan de feligreses pintados de azul naval y oro viejo.

La tribuna perteneciente al Pebetero el día de ayer se pintó con un mosaico pletórico con el cual le dieron la bienvenida al equipo del Pedregal en su enfrentamiento ante las chivas rayadas del Guadalajara, un encuentro no catalogado como Clásico, pero que saca chispas la combinación de escudos y desata pasiones extremas.

El inicio del partido se dió con un minuto de silencio en memoria del mediocampista por izquierda José Antonio Rodríguez, el famoso «Espátula», quien había fallecido días antes y fue pieza fundamental para la obtención del ascenso de Pumas a Primera División.

Pasado ese tiempo, se abrió el juego en el rectángulo verde, aunque no hubo mucho por hacer y/o decir, ya que por momentos estaban muy trabados en media cancha y cuando parecía que se abrían a las porterías, las defensivas hacían lo suyo.

Solo una aproximación de los capitalinos y dos de peligro por el lado de los jaliscienses, fue todo por parte de las incidencias primarias.

Las emociones se guardaron para la segunda mitad.

Ya que a dos minutos de iniciado el segundo lapso, un balón controlado por parte de J.J. Macías tras un saque de banda, se convirtió en un balón a la deriva en el área grande de las Chivas que los Pumas supieron aprovechar, específicamente Pedro Vite, quien se metió entre 4 defensas y al patear a gol, el balón pasó entre las piernas del canserbero rojiblanco para marcar el 1-0 y hacer estallar la tribuna en júbilo.

Aunque no duró mucho la algarabía, ya que 7 minutos después, al 54′, después de prácticamente pasear a la defensiva citadina por toda su área, llegó un centro preciso para que Armando «la hormiga» González se alzara entre los defensores universitarios y de un cabezazo empatara el partido.

1-1 el marcador y se veía partido por delante.

El partido se soltó y al minuto 66′ un pase al espacio de nueva cuenta para González que quedaba solo y su alma ante Keylor Navas para cruzarle el disparo y meter lo que parecía su doblete, pero el Juez de línea marcó fuera de juego y se anuló la anotación.Inmediatamente después, un minuto posterior, Pumas responde con tremendo zapatazo en los pies de Alan Medina que el «Tala» supo controlar bien a dos tiempos.

Al minuto 83, un pase por derecha a Rodrigo López que controló de espaldas, se quiere dar media vuelta y al hacerlo entre tres jaliscienses, dispara con todo hacia meta, pero de nueva cuenta el «Tala» Rangel controló con apuros y apagó la pólvora.

Al minuto 89′, un contragolpe albirrojo dejó parada a la defensa azul y oro y, de esta manera, poder subir el 1-2 al marcador para la visita, a través de un centro preciso por izquierda de Bryan González al corazón del área local que fue rematado por Daniel Aguirre entre dos defensas universitarios, que solo les faltó agarrar un vaso de cerveza y sentarse a ver el gol en sus propias narices.

Parecía liquidado.

Al 90+3′, Ruvalcaba retrocede a Azuaje, quien manda una parábola al área grande visitante y que en su salida el portero Rangel controló muy bien.

Después de un tiempo, le llaman al referee a revisar una jugada entre Santiago López y la defensa, decretando la pena máxima a favor de Pumas en el minuto 90+5′.

Pide la pelota Álvaro Angulo para posterior perfilarse y al sacar su trallazo a puerta y fusilar a Rangel, fue tanta la potencia al chutar, que la mando al travesaño y rebote al área, que la defensa chiva supo controlar y alejar el peligro de su cabaña.

Penal fallado que dejó sin posibilidades a la Universidad de poder empatar el partido y ya no perder más puntos en casa.

Con este resultado, Pumas se sigue hundiendo cada vez más en la tabla, al grado de parecer viaja en un tobogán sin visualizar con que o dónde se detendrá, ya que tiene partidos durísimos en puerta.

Lamentablemente Pumas no se encuentra, y al momento de los jugadores acercarse a su afición y entonar el clásico Goya al final del encuentro, está vez se la pasaron cantando una estrofa que hace alusión a que los Pumas (los propios jugadores) pongan un poco de producto de gallina sobre la grama.

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