El encuentro pintaba para ser azul y oro. Se pronosticaba que se iba a hacer valer la localía y conseguir la tercera victoria en casa, pero con paciencia y haciendo lo suyo, Puebla se lleva el triunfo 2-4.

En los minutos iniciales Pumas marcaba el ritmo de lo que sería el duelo, con buenas jugadas de asociación, velocidad y llegadas por las bandas. El claro dominio de los del Pedregal se vio reflejado al minuto 11 cuando a pase de Nico Freire, Gustavo Del Prete controla el balón con el pecho y remata de primera intención incrustando el esférico en la red.

A escasos minutos del gol, el canterano Héctor Ramírez en una imprudente jugada en medio campo, vio la roja con lo que dejaba en desventaja numérica a sus compañeros. Once minutos después cayó el empate, y al ’33 Puebla anotó nuevamente. Aún con un hombre menos Pumas intentaba seguir al frente, luchando con garra y con un natural desgaste físico producto del clima y tener 10 en cancha.

En el segundo tiempo Toto Salvio, al minuto 69 vuelve a poner parejo el marcador por lo que se podía pensar en la remontada, incluso hubo un par de jugadas en las que los de casa podían sellar el triunfo, pero como ya es una constante universitaria, el último toque no fue el correcto. 

Nuevamente la falta de contundencia arriba pesó, por lo que Puebla solo tuvo que esperar y le bastaron dos jugadas de contragolpe para echarse la victoria al saco.

Siendo honestos, Pumas es victima de sus propios errores más que de los aciertos del rival, otra vez dominó, otra vez jugó con una clara idea del juego y llegó fácilmente al arco rival, pero la falta de contundencia arriba, los descuidos abajo y la falta de concentración durante todo el juego hicieron que los puntos se les fueran como agua entre las manos.

Se podría suponer que la tarjeta al joven canterano fue exagerada, pero la jugada es a destiempo y con una fuerza desmedida, si bien es cierto que no es con la intensión de lastimar al poblano, los tacos de Héctor dieron justo en el tobillo y la jugada pudo terminar en una lesión por lo que una roja es «acertada». Esta jugada, si bien no es la culpable de la derrota, sí influyó en el parado de los dirigidos por Puente del Río.

Rafa Puente Jr y su cuerpo técnico deberá, en calidad de urgente, jalar las riendas y centrar a los jugadores ya que la falta de concentración y definición están echando por la borda lo mucho que se trabaja en la semana, asimismo, los jugadores deben enfocarse en su profesionalismo y como tal, saltar a la cancha con la garra, entrega y respeto que la institución merece.

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